
Gobernar es alimentar y educar. Tal fue, en la civilización agraria de los Incas, que alimentó una población similar a la actual, porque aceptó su geografía y la dominó tecnológicamente. Era dueña, de una gran biodiversidad ecológica que tenemos de 28 de los 32 climas del mundo. El imperialismo, los grandes grupos de poder económico y los gobiernos cómplices, deciden nuestros hábitos alimentarios. Esto atenta contra la vida de los pueblos, los recursos y los ecosistemas. Si continúa esta situación deshumanizante, estamos por perpetuidad de ser una nación subdesarrollada o débiles mentales.
Escribe: Eduardo Morales - maestria en educación alimentaria y nutrición.
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